Gran Canaria: Barranco de las Vacas y Cuevas de la Audiencia

¿Buscas una experiencia diferente en Gran Canaria, lejos de las playas más turísticas? Una ruta que combina naturaleza, historia y paisajes únicos: el Barranco de las Vacas y Cuevas de la Audiencia. Dos lugares que, aunque muy distintos, te harán sentir que viajas en el tiempo y el espacio.

Barranco de las Vacas: El Antelope Canyon Canario

Situado en el municipio de Agüimes, en el sureste de Gran Canaria, el Barranco de las Vacas es uno de esos rincones que parecen sacados de otro planeta. Este pequeño cañón de apenas 50 metros, conocido por sus Tobas de Colores, esculpidas durante siglos por la erosión del agua sobre roca volcánica, recuerda a los famosos cañones del oeste americano, pero con el sello inconfundible de Canarias.

Lo más llamativo son las formas onduladas y los tonos anaranjados, dorados y rojizos de sus paredes, que cambian según la luz del día. El mejor momento para visitarlo es a primera hora de la mañana o al atardecer, cuando la luz resalta los colores y hay menos visitantes. El acceso es sencillo: basta con llegar al kilómetro 14 de la carretera GC-550, aparcar en alguno de los pequeños estacionamientos y caminar unos minutos por un sendero fácil.

Cuevas de la Audiencia: Historia viva en la roca

A pocos kilómetros del barranco, en la montaña de Risco Pintado, se encuentra el complejo arqueológico de las Cuevas de la Audiencia. Excavadas por los antiguos aborígenes canarios entre los siglos VIII y XIII, estas cuevas servían principalmente como graneros y refugio. El lugar impresiona tanto por su ubicación estratégica -en un escarpe de difícil acceso- como por la complejidad de su sistema de galerías y cámaras.

Las primeras referencias a las Cuevas de la Audiencia datan de los años 40, cuando se hallaron utensilios de junco, cerámica pintada y herramientas de basalto. El acceso actual es sencillo gracias a un túnel tallado en la roca, ya que la entrada original, una empinada escalera, quedó inutilizada por la erosión.

Pasear por este enclave es como viajar en el tiempo: con un poco de imaginación, es fácil visualizar la vida cotidiana de los antiguos canarios, sus estrategias de almacenamiento y defensa, y la importancia de este lugar para la supervivencia de la comunidad.