Monasterio de Sant Benet de Bages
A menos de una hora de Barcelona, en el corazón del Bages, se alza uno de los conjuntos monásticos medievales mejor conservados de Cataluña: el Monasterio de Sant Benet de Bages. Esta joya histórica, rodeada de naturaleza, es mucho más que un monasterio: es una experiencia completa que fusiona arte, historia, gastronomía y actividades para todos los públicos.
Un viaje al pasado milenario
Fundado en el año 960 por los nobles Sal·la y Ricardis, el monasterio fue consagrado en 972 con una iglesia prerrománica, sustituida en el siglo XII por la actual iglesia románica. El claustro, recogido y de pequeñas dimensiones, sorprende por sus 64 capiteles originales esculpidos, y el conjunto se completa con una gran bodega gótica del siglo XIV.
El monasterio vivió su época dorada en el siglo XVI bajo el abad Pere Frigola, quien impulsó grandes reformas, como el sobreclaustro y el Palacio del Abad. Posteriormente, en 1594, Sant Benet se anexionó al monasterio de Montserrat, convirtiéndose en escuela de artes y residencia de monjes ancianos.
La historia no siempre fue amable: tras la desamortización de Mendizábal en 1835, el monasterio fue abandonado hasta que en 1907 lo adquirió Elisa Carbó i Ferrer, madre del pintor modernista Ramon Casas, quien lo transformó en residencia de verano familiar. En el año 2000, la Obra Social de Caixa Manresa lo restauró y lo integró en el complejo cultural de Món Sant Benet, inaugurado en 2007.























