Gran Canaria: Firgas

Si buscas un destino diferente en Gran Canaria, lejos de las playas masificadas y el bullicio turístico, Firgas es el lugar ideal para perderte entre historia, naturaleza y tradición. Situada a solo 25 kilómetros de la capital y a 465 metros sobre el nivel del mar, esta pequeña villa es conocida como “el balcón del Atlántico” por sus impresionantes vistas y su ambiente sereno.

Paseo por el Corazón de Firgas

El casco histórico de Firgas es perfecto para recorrer a pie. El famoso Paseo de Gran Canaria y el Paseo de Canarias, antiguos ejes principales del pueblo, hoy son vías peatonales adornadas con una espectacular cascada de 30 metros construida en piedra de cantería. A un lado, los 22 escudos heráldicos de los municipios de la isla y el escudo insular, y al otro, mosaicos cerámicos que representan las islas del archipiélago. Es un rincón fotogénico y lleno de simbolismo, ideal para entender la diversidad canaria en un solo vistazo.

Miradores y Naturaleza

Firgas está rodeada de una naturaleza exuberante. El Mirador de la Pila y el Mirador de Las Madres ofrecen panorámicas espectaculares de los barrancos y montañas del norte de la isla, así como de la costa atlántica. No te pierdas el Parque Rural de Doramas, donde el Barranco de Azuaje es un paraíso para los senderistas y amantes de la fotografía. El agua, siempre presente, fluye durante todo el año y da vida a una vegetación única en la isla.

Historia y Tradición

Firgas tiene un pasado ligado al agua y al azúcar. En el siglo XVI fue un importante núcleo azucarero y aún se conserva el molino de gofio, conocido como Molino del Conde, sobre la antigua acequia de la Heredad de Aguas de Arucas y Firgas. La Iglesia de San Roque, construida sobre la antigua ermita de San Juan de Ortega, es el centro espiritual y arquitectónico del pueblo. Su plaza, la Casa de la Cultura (antigua fonda) y la Fuente Conmemorativa son paradas obligatorias para entender la historia local.

Gastronomía y Vida Local

No puedes irte de Firgas sin probar su gastronomía tradicional. Los restaurantes y bares del casco ofrecen platos típicos canarios, donde el gofio, los quesos y los productos de la huerta local son protagonista. Además, el agua de Firgas, embotellada y famosa en toda Canarias, es un símbolo de la villa.